martes, 2 de noviembre de 2010

Para ti, mi amor

Estoy acaso enfermo? no sabría que responder...
Hoy te vi mucho en mi mente:
corrías, mirabas, jugueteabas, sonreías, ..., me hablabas.
Me derretía viéndote, me enamoraba más y más.
... de allí, sólo silencio, y tú, a un centímetro de mí;
lo demás, que te los cuenten mis labios.

Ahora, es que acaso alucino? no lo sé,
pero estoy temblando.
He congelado el momento en que te entrego una flor
y tú la recibes: cómo quisiera que esa flor nunca se marchite,
al igual que congelado el momento,
impido que tú te marchites también.

Héctor, basta! ya no enfermes ni alucines, es solo que ya no está;
se fue para siempre; ya no llores;
lloro porque era todo para mí, nunca expresé tanto amor.
Sabes qué?, te haces viejo y aún te acuerdas de ella.
Aún percibo su olor y me derrite.
Aún reconozco y acaricio sus manos.
Aún dibujo su silueta con mis labios.
Aún le hago el amor con mi corazón.

El hielo se ha derretido y la flor... murió.
Ya han pasado muchas décadas y solamente
una lágrima cae en mi mano.
Sí, aquellos era buenos tiempos y sabes qué?,
cómo la amaba!, y cómo aún te sigo amando chiquita por siempre, por siempre.

Vamos Héctor, te invito un trago,
ahora esos momentos son de otros, nosotros ya vivimos.
Sí, creo que sí, pero... yo te amo D. y me llena saber que estás dentro de mí...

hbt - 23/03/00 - 12:50am

0 comentarios:

Publicar un comentario